miércoles, octubre 09, 2013

"Positividad Inteligente: ideas para crecer y ayudar a crecer". Charla gratuita en el Teatro del Globo.



El lunes 21 de octubre a las 19 hs voy a dar una charla gratuita en el Teatro del Globo, en M.T. de Alvear 1155. Los interesados pueden retirar desde hoy (de 10 a 20 hs) las entradas en el Teatro para asegurarse un lugar.

Desde hace años vengo dando muchos cursos sobre distintos temas, abiertos al público pero siempre pagos. Muchos, muchísimos, los dí en el antiguo Bar El Taller (ahora transformado en “Sans”, un bar muy lindo también). Después me mudé a un bar que está en la misma calle cruzando Honduras, que se llama “Bar Abierto”. Ahí no dí tantos cursos, usé más el formato de encuentro único.

Este año no dí ningún curso, ni taller, ni charla abierta. Hago muchas presentaciones en empresas, eso sí, pero suelen ser para el público interno. O participo en congresos o eventos, muchos de ellos en el interior.

Muchos me preguntan cuando voy a volver a dar los cursos y talleres que daba hasta el año pasado y mi respuesta es que no sé, pero decidía hacer esta presentación gratuita para responder a ese interés.

Los responsables del Teatro del Globo se entusiasmaron con prestarme el espacio y a mi me entusiasma y conmueve hablar en ese escenario en donde pasaron tantas cosas, la principal de las cuales para mi es que allí tocó Almendra en 1969. Me emociona, no sólo porque ese grupo es parte del momento mítico del inicio de nuestro rock nacional sino porque allí Luis, mi amigo fallecido al que no dejo de extrañar, actuó a sus 19 años siendo el semi dios que fue a tan temprana edad.

¿Por qué se llama “Positividad Inteligente” la charla? El título tiene que ver con que cuando uno dice que es positivo suele quedar como un estúpido. Al menos en el mundo intelectual, al que por formación y estilo pertenezco. O en el mundo intelectual argentino, que comparte con nuestro sentido común la característica de creer que el escepticismo y el pesimismo son las perspectivas más valiosas y realistas.

Ese presupuesto es falso y merece ser desafiado. Es lo que pretendo hacer con las ideas que expongo en la charla en cuestión. Mi objetivo es argumentar a favor de una posición confiada, optimista, activa, creativa, de crecimiento, en la que la visión negativa es un ingrediente a veces necesario pero relegado a un segundo plano.

Voy a exponer una serie de premisas que construyen una posición existencial volcada al desarrollo y a la afirmación de la vida. Son ideas que orientan, aclaran, que intentan ayudar a las personas que somos a osar desplegar su potencial superando el temor y las innumerables objeciones que solemos ponernos llevados por la costumbre.

Creo que pensar sirve, que las ideas abren caminos, ayudan a vivir, entender y a avanzar, a lograr dar los pasos de crecimiento que uno necesita. Mis charlas son momentos de trabajo de pensamiento compartido. Ofrezco mis visiones a otros que puedan aprovecharlas. Las que me fueron útiles a mi, porque también son útiles para otras personas.


A todos los que tengan ganas de ir los espero con gusto el lunes 21. Nos vemos!

viernes, agosto 30, 2013

Lucha o desarrollo.


Hay una política de "lucha" y una política de "crecimiento" o "desarrollo". Son distintas visiones del mundo y distintas posiciones existenciales.
Si uno cree que la política es lucha centra su mirada en el enemigo. Necesita enemigos para alimentar su estructura de sentido. La tarea es enfrentarlos y vencerlos. El día se organiza a partir del odio o del resentimiento, las horas pasan inventando trampas o trucos para debilitar a los detestados.
Si uno cree en cambio que la política es una forma de implementar el desarrollo, trata de organizar situaciones para que los recursos puedan aprovecharse de la mejor manera posible. Busca gestionar para optimizar resultados. Quiere que la mayor parte de las personas disfruten de la mejor situación que el talento organizativo permita alcanzar.
El desarrollo es el arte de la realización: en él no se trata de utopias y de sueños sino de planes y proyectos. De deseos y objetivos trabajados hasta alcanzar realidad. De transformaciones que abran nuevas posibilidades de vida. El simbolismo que la lucha mantiene en sus banderas deja paso aquí a las complejas realidades que es necesario administrar. En la política de desarrollo hay más trabajo que batalla, más creatividad que aguante.
En la política de la lucha los recursos se ponen a disposición de la batalla. El uso y abuso de los mismos está justificado en función de la lucha contra el mal personificado en otros. No es considerada corrupción el uso abusivo de los recursos públicos en la lucha, ese aprovechamiento de lo público es considerado un acto de justicia. Se cree que la lucha contra el mal justifica esos apartamientos de la ley, a la que se describe como defensora de viejos privilegios (privilegios que los políticos de lucha no dudan en hacer suyos, ya que ellos son la buena causa).
La política de la lucha avala la moral del delincuente, al que se siente cercano y con cuya victimización se identifica, despreciando a los que han sido atacados por estos como si fueran mezquinos protectores de algo que en el fondo no debieran poseer.
En la política de desarrollo el talento está puesto al servicio de la creación de realidades disfrutables, es un recurso del amor por el mundo, de la capacidad de querer y plasmar.
Puede sonar ingenuo hablar de amor en un contexto político, pero no lo es, al menos no para quien considera que el sentido de la acción política tiene que ver con la generación de vida nueva, con la producción, con la invención de trabajo y de valor, con dar impulso a los proyectos personales que deben ser ayudados en su despliegue. En esta visión no se concibe al ciudadano como parte de una amorfa masa manipulable, la que vemos aparecer en la despersonalizada idea de pueblo: se ven personas de verdad, de carne y hueso, con deseos, necesidades y potenciales diversos, legítimos y valiosos.
En la política de la lucha el poder es el verbo central, un poder cuyo sentido está en sí mismo y en su eterna conservación, sin más sentido que ser poder puro. Hay que tener el poder para tener el poder, para que no lo tenga el otro, no para usarlo en ningun logro sino para intentar conjurar la presencia de un miedo íntimo que ninguna realización será capaz de conjurar. Para usarlo en fuegos simbólicos artificiales.
Los que se dedican a esta persecución enviciada del poder suelen ser personas siempre más dispuestas a perderse en la observación de las vidas ajenas que a encontrar el sentido de la propia. La exaltación esconde el vacío.
En la política de lucha hay un desamor camuflado de justicia, un desaforado afán de supremacía sin que sea demasiado importante trabajar para hacerle bien a los habitantes del país. El poder se vive asi como derecho a maltratar a propios y ajenos, a someterlos. El modo afectivo, emocional, de la sumisión es el tono muscular propio de los adictos a la lucha.
En la política de desarrollo se trata en cambio de intentar ocupar el lugar del poder porque es desde allí que se organiza el mundo, en donde la posibilidad se vuelve el centro de la escena. Si hay lucha, es secundaria, el fin es la producción de realidades.
No se busca la lucha por la lucha misma, el objetivo no es medirse con el otro, ser superior, humillar a nadie; el fin es generar oportunidades para todos, mejorar la vida concreta, plasmar el amor en logros observables.
En la política de la lucha el ciudadano debe ser controlado de cerca, seguido minuciosamente en sus movimientos para corregir sus desvíos. Se siente a la libertad como un lujo excesivo, se cree que a la gente hay que tenerla cortita. Se habla de la libertad, se la menciona en consignas, pero en lo concreto no se la tolera.
En la política de desarrollo, en cambio, al ciudadano hay que cuidarlo y estimularlo, potenciarlo, abrirle espacio, darle mundo, ofrecerle opciones para que su propia iniciativa genere la riqueza que beneficiará al sistema entero. Es necesario un estado presente, sí, organizador, para corregir abusos e irregularidades, no para meterse en toda intimidad, sino para resguardar a las personas de aprovechamientos indebidos, provengan estos de las corporaciones, de los sindicatos o de la política. Paradógicamente, los que militan en la política de la lucha cometen esos aprovechamientos sin cesar, sin que nunca quede claro por qué en su caso estos excesos serían meritorios.
En la política de lucha se sueña con el enemigo. Se adora al enemigo, es el tema principal. En la política de desarrollo se piensa en las cosas que es necesario hacer para que todos puedan desplegar sus alas, hacer los proyectos que su deseo le dicte, y concretar su mundo propio.
En la política de lucha hay armas, violencia, humillación, soberbia, paranoia, rencor, negación de realidades, mucha historia puesta en el centro de la escena como si el tiempo no pasara nunca, revancha, resentimiento, odio, muerte.

En la política de desarrollo hay ideas, proyectos, trabajo, creatividad, ganas de vivir, alianzas, entendimientos, trabajo para enfrentar problemas que deben ser resueltos sensatamente. Hay ley, instituciones, colaboración, suma, aceptación de la diferencia, comprensión de que cada uno tiene un fragmento que aportar al gran rompecabezas social. Hay libertad, confianza, responsabilidad, presente querido que lleva aun futuro deseado y generado con inteligencia y detalle.

miércoles, julio 31, 2013

Disparadores para hablar en el programa de Beto Casella


Cómo lograr el amor de alguien: acercarse, estar. La intimidad genera el deseo.

Si una persona quiere novio, no consigue. Si una persona quiere divertirse, consigue novio.

Billetera mata galán. Amor mata billetera.

“Yo no soy celoso”: frigidez emocional. Los celos son inevitables, lo que puede evitarse es la locura posesiva.

Evitar la locura posesiva se decide desde la creación de una relación, es decir, desde la elección del destino de tu amor.

Nadie elige de quien enamorarse, o quien le gusta.

La excitación ligada a lo prohibido no es universal, no les pasa a todos. Algunos se excitan haciendo lo que hace daño a otros: personas mal queridas.

No hay persona que no haya, en algún momento de su vida, sufrido por amor.

El que simula tenerla domada, a la cosa amorosa, sólo simula. Puede evitar todo dolor, pero al precio de evitar también el amor.

La cantidad de sufrimiento que produce una relación no indica la cantidad de amor. El sufrimiento no es prueba de amor. Es prueba de sufrimiento.


El amor es correspondido, o no es. Lo no correspondido no es amor, es otra cosa.


De estas cosas hablaré también en mi cuenta de twitter: @alejrozitchner

miércoles, marzo 27, 2013

¿Cómo aprendiste a ser productivo?

Sí, la pregunta es amplia, y equívoca. Pero me interesa saber qué cosas suelen identificarse como formativas en el interminable proceso de volverse útil.

Ser útil es la base de todo trabajo, aun de los trabajos artísticos. La utilidad debe ser tomada como un concepto muy amplio. Y siempre estamos pensando cuestiones de método asociadas a ella: cómo aprender a trabajar mejor, a sacar de nosotros nuestro potencial, a ser capaces de logro...

Para un libro que estoy escribiendo me gustaría que quiénes quisieran hacerlo respondieran a esta única y amplia pregunta:

¿Qué te enseño (o cómo aprendiste) a ser productivo?


domingo, febrero 17, 2013

"Filosofía existencial", artículo mio en Ñ sobre la literatura de autoayuda




Pueden leerlo aquí: http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/no-ficcion/Filosofiaexistencial_0_866913312.html

Sí, pusieron mal mi apellido. A cualquiera le puede pasar...

Valeria del Mar



3 nenes chiquitos que son tuyos, tu bandada, tu jardín de cachorros adorables y demandantes. La poca paciencia mezclada con el amor. Culpa. 14 días de playa y sol. Sólo uno de apenas lluvia. Ninguna chance para la poesía del gris y de la lluvia en el escenario de arena y mar.

Sueño cortado por pases de cama, por sueños, por miedo, por recuerdos, por lecturas que conmueven o transforman.

Trabajo de ir y venir por dunas que exigen las piernas, que entrenan, trabajo de atender como un sacerdote los ritos de esta trinidad exigente, insaciable, tierna pero implacable. Trabajo de traer, llevar, de no olvidarse. De aplacar, absurdamente a los gritos, amorosamente, de educar sin educación, de formar en el difícil filo de la tolerancia, de ir viendo cómo, salpicado todo de abrazos que bendicen el encuentro, la unión, la existencia misma. Emoción imparable de sentir esos cuerpitos hermosos, suaves, necesitados, surgentes.

Ideas.

Sensualidad es percepción del detalle, detenida, morosa, onda expansiva de los sentidos que se abren percepciones renovadas. Sensualidad, frente a otro cuerpo o frente al mundo, no es apuro ni tensión, es abandono en lo que aparece, selección inmediata de un camino en la abundancia, aceptación de sí mismo y de lo dado.

Mucho con poco, no necesitar gran despliegue ni consideraciones, captación de la riqueza inmediata de todo.

Que estos chiquitos son hombres explotando, que estos momentos son chispazos, que se pierden, que llenan y después dejan paso a quien sabe qué, que así debe ser. Que la tentación de la nostalgia del presente es al mismo tiempo una trampa y una conciencia reveladora, que hay que tenerla y que hay que tener cuidado con ella.

Que esperás hacerlo bien, que no pase nada feo, que no podés vivir temiendo, que no es sano ni justo. Que las cosas salen bien, si uno las deja salir.

Recuerdos de cómo fue en el pasado, cuando el nene era uno, que era todo distinto. No había padres amantes sino pareja deshecha, que no aceptaba no serlo. Que había otras cosas en mente. Amor, sí, hacia el nene, pero amor que no se abría en tantos frentes. Amor que pudo unas cuantas cosas, que se agradece y se siente en las posibilidades propias, pero cuyos límites se lamentaron y se lamentan.

También saber que el no poder fue de uno, cuando ya más grandes siguió por su lado tal vez más de lo que hubiera sido lindo seguir, pero ya está. Era necesario, era urgente, era imprescindible incluso para que haya años después la cercanía de los sentimientos aunque ya no de las presencias.

La pregunta, en otro plano, acerca de por qué esta vez parece que sí, que puedo, como pude cada vez más desde hace tanto. Que tengo una tranquilidad nueva, una paz segura y excitante, de dueño de mí, de paso firme, de idea segura.

La seguridad es una posición lograda, no cerrazón sino punto de partida. Poder superar estados de duda o de eterna problematicidad incierta. Ya no mirarse más de lo que mirarse conviene, avanzar en ver por sí mismo y no ser ya visto. Ser un asesino serial de contratiempos, decidido anulador de contrariedades o problemas. Superador permanente. Tener recursos, modos, ideas, palabras, para poder en cada frente aportar un paso justo. Nada excesivo, nada deslumbrante, seguridad de ser y poder. Poder sentir la excitación desafiante de un desarrollo que crecerá quien sabe hasta dónde.

Un fondo de tristeza por muertes importantes, que nunca dejarán de serlo, padres, amigo, amigos. Hago el recuento, la lista de mis muertos, y son muchos. No fueron idos por la injusticia ni por ninguna fuerza denunciable, hay que bancar, es la vida, la misma que nos puso y que nos saca.

Ese fondo de no estar, esas compañías que ya no son tales, abrieron mundos y tengo yo que continuarlos, por la mia, para mi y para los mios. No hay esfuerzo, hay deseo, hay mucho por ver y por hacer, disfrutable. No se sale de la herida desecho sino duro y abierto, duro y sensible. Los instrumentos refinados no tienen por qué ser frágiles, no lo son, para generar tanta sensibilidad es necesaria mucha fuerza. El caído padece pero no siente, se siente al levantarse y seguir pudiendo. O al poder más que antes, más que nunca, quizá precisamente porque es tanto lo perdido que pone luz en lo existente, que se hace ganado, y seguirá creciendo hasta que se pueda. Nada te rescata del todo, pero tampoco hay ya esa necesidad de ser rescatado. Al menos no tan marcada.

(Texto para mi mismo, impúdicamente publicado, y parido con ayuda de Jaroslav Seifert, “Toda la belleza del mundo”, bajado en http://ebiblioteca.org/?/autor/9967).

martes, febrero 12, 2013

Motivación, innovación, entusiasmo, inseguridades...



Estas preguntas y respuestas son parte de una presentación que estoy preparando para empresas. Ideas breves y básicas...

¿Qué es la motivación?

Motivarse es encontrar los enfoques que estimulan la acción, esas ideas o perspectivas que revelan nuestras posibilidades de una manera excitante. Motivarse es salir del sueño quieto de la queja y la victimización y asumir el rol de protagonista de la aventura personal.

¿Cómo sentir entusiasmo cotidiano?

El entusiasmo no puede fingirse ni crearse voluntariamente. Es necesario desplegar las fuerza del deseo, encontrar y valorar el querer que desde nosotros pide realidad y hace mundo. Mantener encendida la fuerza del entusiasmo en la vida diaria tiene que ver con situarse en la vida de una cierta manera, reconociendo el potencial y aceptando sus desafíos.

¿Qué es la positividad inteligente?

Es una positividad que no necesita negar el mal, una positividad no ingenua ni voluntarista, que sabe que el fondo mismo de la existencia es, aunque exigente y muchas veces duro, plástico, creativo, poderoso, exuberante, y que la positividad es la clave para el crecimiento y el desarrollo de todo proyecto, personal o productivo.


¿Por qué somos inseguros, a veces?

Porque cada uno de nosotros es el campo de batalla en dónde se enfrentan las fuerzas del temor y la osadía, porque queremos y osamos mientras que al mismo tiempo frenamos y nos volvemos conservadores. Somos inseguros porque es inevitable vivir el proceso paulatino y costoso de la formación de las seguridades que nos hacen avanzar. Nadie se salva de esta dinámica, pero podemos entenderla y hacerle más espacio a la plenitud.

¿Se puede crecer en un entorno cargado de incertidumbre?

Por supuesto. Todo entorno es, por definición, incierto. Es con la incertidumbre que todo desarrollo debe necesariamente enfrentarse. Tendemos a creer que la nuestra, argentina y actual, es una posición extremadamente exigente, olvidando que esas son las cordenadas de toda situación humana y perdiendo de vista que si bien tenemos que enfrentar dificultades reales, estas no son del orden de lo paralizante ni son objetivamente extremas.

¿Cómo lograr confianza?

La confianza tiene que ver con la posición existencial, con como cada uno de nosotros logra experimentar el inevitable choque entre su deseo y su realidad. No se logra exigiendo perfección a una realidad que es por definición incierta y móvil, sino aceptando que todo logro es el resultado de un proceso que está a cargo nuestro y pudiendo vivir ese crecimiento paulatino con una actitud tolerante y positiva.

¿Puede una idea hacer un clic revelador?

Sin duda, hay ideas que permiten comprender una situación y la hacen más abordable. Hay ideas que nos hacen crear movimientos que antes no éramos capaces de producir, o advertir posibilidades que no advertíamos.  Ese es el rol del pensamiento, producir una utilidad estratégica que nos vuelva más fuertes. Las ideas orientan, ordenan, estimulan, nos ayudan a ser todo lo que queremos y podemos ser.

¿Cómo es que la positividad aumenta el desempeño?

Según los estudiosos del campo de la psicología positiva, el optimismo o la personalidad positiva hace que conectemos con las posibilidades de la realidad y que nos creamos capaces de desarrollarlas. El pensamiento crítico hace hincapié en lo que NO se puede, en lo que NO está bien, en lo que NO sirve. La positividad nos sumerge en la plasticidad propia de la realidad y nos coloca en la posición activa del que puede intervenir en la realidad dando forma. Los experimentos prueban que la positividad y el optimismo mejora el rendiento personal y de los equipos de trabajo.

¿Cómo puedo volverme más innovador?

Abandonando la trampa de la negatividad y su falsa propuesta de inteligencia, respirando más profundamente, conectando con nuestro querer y con la osadía que llevamos dentro, desplegando nuestra curiosidad y nuestras ganas de vivir. No son movimientos imposibles, aunque requieren una cierta puesta en juego del deseo personal, una asunción de nuestro inevitable lugar de protagonistas en la aventura que nos toca como personas en el mundo.

La foto me la cedió mi primo y amigo Matías Camisani, y es de sus abundantes capturas en la India...

"Luis", artículo que publiqué en "La Voz" sobre Luis Alberto Spinetta


Este es el artículo:


Ya pasó un año, pero para mi es como si hubiera pasado ayer. El dolor que siento no tiene tanto que ver con el Spinetta genial, artista único, superior, sino con Luis, mi amigo, al que no me resigno a haber perdido. Y siento que es un deber, que todavía no pude cumplir el de contar a quienes no lo trataron personalmente cómo era en su intimidad esa persona tan admirada y querida por tantos.

Nos conocimos en el 84, gracias a Leo Sujatovich, que había sido compañero mio en el secundario, y que cuando volví de Venezuela, donde yo vivía, a pasar dos semanas en Buenos Aires, era el tecladista de Jade. Yo era el típico spinettiano, adorador de sus discos, acechador de sus fotos. Para mi Spinetta era sagrado. Le dije a Leo que quería verlos en vivo. Leo me dijo que iban a tocar en Mar del Plata y me sacó pasaje en el micro en el que viajaba el grupo. Esa misma noche, en la que yo tenía el corazón atragantado por estar en presencia de mi dios, Spinetta empezó a ser Luis y me hice amigo suyo. Bueno, nadie se hace amigo en una noche, pero ¿cómo decir entonces que nos quedamos hablando cuando ya todos se habían dormido, que empezamos en ese micro un diálogo que duró 28 años? Yo hablaba de Bataille y Luis de Fulcanelli, yo era estudiante de la carrera de Filosofía, y él un pensador natural. No dormimos. Parece una historia de amor, o fue una historia de amor, aunque éramos los dos varones y heterosexuales. Yo volvía a tener conciencia clara de con quien estaba hablando cuando pasaba un auto en sentido contrario y ese breve período de luz interrumpía la osucridad del micro para  mostrarme la visión increíble de ese rostro que me sabía de memoria. Porque además, Luis era hermoso, lo sabemos todos, y tenía una gracia única, un don de ser, algo inigualable.

¿Qué puedo contar en tan poco espacio? Que quien lo creyera un lánguido poeta, basándose en sus letras y canciones, se hubiera sorprendido de saber que era el payaso que fue, un humorista, que quemaba pedos con un encendedor, que hacía personajes de todo tipo, insólitos, que tenía una gran inteligencia para captar al mundo, que lo veía de otra forma, que tenía una enorme curiosidad, que era un gran cocinero, que era muy tradicional, convencional, machista, posesivo y celoso, que a veces se ahogaba en problemas que los normales solucionamos fácilmente, que era una persona afectuosa, que moría y mataba por sus hijos, que podía también ser un demonio paranoico, que padecía enojos incontrolables, que no paraba nunca de hacer canciones nuevas, siempre hermosas aunque los últimos años demasiado tristes para mi gusto, que no tenía sus discos ni necesitaba grandes equipos de sonido para escuchar música, que podía componer un super tema en una guitarrita cualquiera, que cantaba en la cocina como en sus mejores grabaciones, que escuchaba el disco con el que estaba copado en ese momento mil millones de veces, que los últimos años estaba un poco fóbico y no le gustaba salir (pero cuando yo lo conocí íbamos a todas partes), que no tenía gran comprensión de las cosas políticas pero hacia suyo todo dolor, social o personal, que era loco por los autos y hubiera querido trabajar diseñándolos, que era un dibujante genial y hacía unos prototipos avanzadísimos, que era capaz de asfixiarse en días de calor antes de abrir la ventana del jardín para que no entraran los bichos, que tenía facilidad para tratar con los chicos (tal vez porque tenía algo de nene desprotegido, que nos hacia a todos querer cuidarlo), que su personalidad contenía una rarísima mezcla de rasgos egoistas con otros de total generosidad, que era de esas personas que se hacen querer de una manera entrañable, amigo de sus amigos, muchos de ellos personas comunes, es decir, no artistas ni especialmente talentosos, que se te metía adentro y se volvía parte de vos, que todo lo que los amantes de su música reciben al escucharlo es sólo la parte pública de una personalidad especial, irrepetible, y que la falta de consuelo que sentimos quienes fuimos sus amigos y familiares, tiene que ver con esa vida personal gigantesca, que dejó un vacío que no se llena con nada.

Me gustaría poder contar más cosas de las que viví con él, pero me cuesta acercame a su recuerdo sin ponerme demasiado triste. Espero que algún día, antes de que me olvide de tantas aventuras compartidas, pueda escribir un libro contando más. Siento que esa historia le pertenece a todos los que fuimos adoramos su arte y su persona.

(La foto que ilustra este post es una entre varias que le saqué un día que me pidió que le hiciera fotos con una vieja cámara rusa que yo tenía y salimos por ahí a dar vueltas. No salieron muchas buenas, pero esta es graciosa).

Este es el link a "La Voz":
http://vos.lavoz.com.ar/pop/rock/luis





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