lunes, junio 08, 2009

Dalí escritor 4


Me dediqué, siguiendo mi habitual táctica daliniana, a provocar para cada contingencia la mayor cantidad posible de antagonismos insolubles, con el fin de extraer de todas estas oportunidades el máximo juego irracional.

Cada contigencia quiere decir: cada pequeño hecho de la vida, cada hecho casual que me llamara la atención. Su técnica era abordar estos hechos tensionándolos, sacando de ellos a través de esa tensión las oportunidades que estos antagonismos traen. Este es el “máximo juego irracional” al que hace alusión, el de exagerar, dramatizar, caricaturizar los antagonismos que aparecen en la vida sin solución.

¿Por qué lo hace? Porque busca un efecto dramático que sea relevante para expresar en su obra. No es un pensador racionalista, que quiere entender a través de la producción de una síntesis. Es un artista. Y como pensador, que también lo es, es un pensador artístico, es decir, busca representar con las ideas una obra similar a su obra pintada: una serie de sentidos e imágenes que capten a lo real en su propia irracionalidad y en su propia tensión dramática. Esto es lo que hace de él un pensador original y único.

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