viernes, noviembre 07, 2008

Jimi Hendrix - Biografía 6



Jimi Hendrix pisó suelo británico el sábado, 24 de septiembre, tras su llegada a Heathrow a las nueve de la mañana. Un integrante del equipo de gira de los Animals pasó la guitarra de Jimi por la aduana, por las leyes que restringían que los extranjeros emigraran a Inglaterra a la búsqueda de empleo, una impresión que Jimi no quería dar en ningún momento. A pesar de ese pequeño subterfugio, Tony Garland, el agente de prensa de la oficina de Michael Jeffrey, se reunió con ellos en el aeropuerto y se pasó dos horas para tramitar el permiso de trabajo de Jimi. “Tuve que inventar la historia de que Jimi era un cantante famoso que venía a Inglaterra para cobrar sus royalties –recordaba Garland-. De otro modo, no le hubiesen dejado entrar.” Al final, se le concedió un visado de una semana y le dejaron entrar.
Volviendo del aeropuerto, se pararon en casa de Zoot y Ronnie Money, en Fulham. Zoot era el líder de un grupo de éxito, mientras que su esposa siempre estaba presente en la escena de los clubes, y a Chas le interesaba presentar a su nuevo intérprete lo antes posible. Jimi sacó su Stratocaster e intentó tocar algunas canciones enchufándola en el tocadiscos de los Money. Como el asunto no funcionó, Jimi tomó una guitarra acústica y se puso a tocar. Andy Summers, que una década después fundaría Police, vivía en el sótano de la casa de Money y oyó el alboroto. Cuando subió para unirse a la fiesta informal, fue testigo de la técnica de Hendrix, y se convirtió en el primero de la multitud de guitarristas británicos que quedaron intimidados y deslumbrados por Jimi.

Kathy Etchingham, una chica de veinte años, vivía en el piso de arriba y estaba durmiendo en la cama. Era una atractiva muchacha de ojos castaños que trabajaba de peluquera y como DJ a tiempo parcial. Anteriormente, Había salido con Brian Jones, de los Rolling Stones, Keith Moon, de los Who, y algunas estrellas del rock más. Ronnie Money fue a despertarla para hablarle de la nueva sensación que estaba en el salón. “Recuerdo vagamente que la cama se movía por el alboroto que había en el piso de abajo –declaraba Etchingham-. Ronnie decía: “Kathy, despiértate, tienes que bajar y ver al tipo que ha traído Chas. Parece el salvaje de Borneo.” Dicha denominación se convirtió más tarde en uno de los varios apodos de Jimi en los tabloides londinenses, por su raza y aspecto descuidado, ambas cosas extrañas en la escena musical de Londres, como si se tratara de un nuevo descubrimiento antropológico. Con Chandler, que lo acompañaba para presentarlo, en cierta forma Jimi lo era. Por supuesto que el apelativo era racista y no se hubiera aplicado jamás a un músico blanco. Pero a Jimi le gustó el apodo: le hacía parecer interesante y foráneo, cualidades que esperaba cultivar. Los periódicos también lo llamaban “Mau Mau”, lo que también generó polémica, ingrediente importante a la hora de presentar a un artista nuevo en los medios de comunicación.

Del libro: "Jimi Hendrix, la biografía. A Room Full of Mirrors", de Charles R. Cross

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