miércoles, julio 11, 2007

Reportaje a Mihaly Csikszentmihalyi

En Smartplanet, Eduard Punset publica un reportaje a Mihaly Csikszentmihalyi. Fragmentos:

EP:
En realidad has demostrado que los fines de semana es cuando la gente es menos feliz, o al menos es cuando...

MC:
Sí, no fluyen, no tienen esas experiencias, y esta paradoja es muy extraña y la hemos estudiado en distintos países y hemos hallado los mismos resultados. En el trabajo generalmente se tienen los objetivos muy claros y se pueden gestionar, que es una de las cosas que produce el flujo: el saber que hay que hacer algo en concreto; y la otra es que se tiene un feedback, es decir que se puede ver cómo se está actuando, ya sea por los clientes, el jefe o los colegas, o por lo que se está haciendo, de manera que hay feedback. Una parte muy importante del flujo es que
las habilidades o las destrezas están en equilibrio con el reto de lo que se tiene que hacer. Y generalmente en el trabajo se llega a equilibrar esto: está muy claro. O sea que la paradoja reside en que el trabajo, en muchas ocasiones, es más como un juego que lo que hacemos en el tiempo libre en casa. Hay mucha gente que no sabe realmente qué hacer con su tiempo libre: no saben qué es lo mejor, no tienen feedback, creen que sus destrezas no están optimizadas...

MC:
Bueno, la gente se siente a menudo más libre y relajada con los amigos porque no tienen responsabilidad ni obligaciones, y en ese sentido la familia es como el trabajo: se tiene un compromiso. Pero por supuesto la experiencia típica de estado de flujo provienen de actividades que existen porque generan flujo, como son el arte, la música los deportes. Estas son formas culturales cuyo único objetivo es proporcionar el estado de flujo. No siempre se experimenta el flujo con estas actividades, pero si no se experimentara no existirían. Esta es la parte de ocio, pero no es suficiente experimentar el flujo en el ocio, lo importante, creo yo, es experimentarlo en el trabajo, en la amistad, en la familia, etc. ya que
de esta manera toda la vida está en estado de flujo, en vez de estar dividida en trabajo y tiempo libre, se experimenta en su totalidad.

Link: Reportaje completo

El dibujo es de Crumb.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Son interesantes sus conceptos, aunque a veces siento que "nivela para abajo" o que toma como norma al menor comun denominador; concretamente me cuesta pensar en una filosofia basada en que el oficinista tipico se aburre en su casa o en los fines de semana por ende termina en apologia de su chatura o intrascendencia cotidiana con el simple aliciente que durante la misma se mantiene en "flow"...aunque obviamente comprendo el concepto de flow, no me termina de convencer el tomarlo como la unica variable o parametro de ajuste para medir la "felicidad", lo termino encontrando
chato y reduccionista.

Diego dijo...

No hace mucho conocí a Deleuze por medio de tu blog, aunque más correcto sería decir por medio tuyo. Y noto (tal vez solo porque cuando uno lee relaciona todo con lo que está leyendo) una cierta simillitud entre el estado de flujo de Csikszentmihalyi y los conceptos de línea de fuga y desterritorialización de Deleuze. Creo que el punto en común es el abandono del "yo" en pos de un estado tránsico que permita la construcción de un nuevo material.

Al márgen, qué lástima que los libros estén tan caros, pero qué bueno que por esto no cobrás.

Un abrazo.

El Paradojista dijo...

Gracias por la nota Alejandro. Es una paradoja que hasta ahora no había podido comprender, y en este artículo está muy bien desarrollada.
Por mucho tiempo me he preguntado: ¿Cómo es posible que se me ocurran tantas ideas y desarrolle tantos proyectos para mí cuando estoy trabajando para otro? Y lo contrario también acontecía: ¿Cómo es posible que cuando tengo bastante tiempo libre rindo menos en mis propios proyectos?
Esta teoría del flujo es genial, abría que seguir desarrollando formas de ponerla en práctica.
Nos escribimos

Anónimo dijo...

Aunque no sea exactamente el núcleo de lo que se está tratando, me parece que se relaciona con aquello de que a veces el tiempo libre, sobre todo las vacaciones, terminan siendo un momento en el que nos obligamos a estar bien, a hacer o sentir "ciertas cosas". Yo creo que el trabajo ocupa la parte central, en muchos casos, de nuestro día y hay que pensarlo y vivirlo, si se puede, de la mejor manera. En constante "flujo". No se puede vivir mal once meses en el año, juntando para para las vacaciones, pensando que ahí va a llegar la liberación (puede hacerse una analogía entre semana y finde, y día de trabajo y el momento en que nos vamos a casa).

José, de Laspiur.

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