lunes, mayo 14, 2007

Rogers sobre lo que pasa en terapia

Preparando el curso llamado "¿Quién soy? Una lectura de El proceso de convertirse en persona, de Carl Rogers", que empieza mañana, reparo en unas frases del libro... Detallando en qué consiste lo característico de la última etapa de los procesos terapeuticos, Rogers cita palabras de un paciente:

Acá, en terapia, lo que valió fue sentarse y decir "Esto es lo que me molesta", y darle vueltas durante un tiempo hasta que, en un crecendo emocional, algo aparece y la cosa se acaba... cambia de aspecto. Aun entonces, no puedo explicar exactamente qué es lo que pasó. Es que saqué a relucir algo, lo sacudí y le di un par de vueltas; cuando lo puse nuevamente en su lugar me sentí mejor. Es un poco frustrante, porque me gustaría saber con exactitud qué es lo que está pasando... Es cómico, porque parece como si yo no hiciera absolutamente nada al respecto... mi única participación activa consiste en... estar alerta y capturar los pensamientos al vuelo a medida que aparecen... Y hay como una sensación de "Bueno, ahora que lo he visto bien, ¿qué hago con esto? No es algo con botones para manipular, ni nada. Sólo hay que hablar de eso un poco y dejarlo. Aparentemente todo consiste en eso...

Me gusta mucho cómo está captada esa sensación de "no estar haciendo nada" que tiene lugar en muchos momentos de la terapia, o que define la perspectiva general del paciente (cliente, como dice Rogers) que siente que pasa algo misterioso cuando se ventilan las cuestiones. Claro que el terapeuta entiende un poco más lo que está pasando, pero no necesita hacer explícito su saber.

La imagen es de Yves Klein.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has entusiasmado con Rogers, Ale. Siento que cuando uno busca, la resolucion no pasa por un divisar ecuaciones, porque los movimientos que hace tu cabeza para llegar a la respuesta, a generarte una sensacion de bienestar cuando lo lograste, son innumerables, inextricables y solo la parte mas profunda de nuestro ser sabe como funciona; entonces al preguntar, al buscar, lo que haces es enviar una sonda a un lugar subterrano, que te devuelve algo, que como Rogers dice no parece evidente, no es tan maleable como cualquier otra cosa. Y eso hace bien. Si confias en tus emociones, si les das credito y tiempo, hay una respuesta, a ese rodeo que hicimos con palabras. Hay una parte profunda, que no esta escindida de nosotros, somos eso, nuestras emociones son la vida en si misma, y confiar en ellas, nos hace formadores de realidad. Perdon por la extension, me entusiasmo.
Admiro tu labor, Daniel

Anónimo dijo...

A mi también me entusiasma Roger. Me parece muy útil lo que dice, porque muchas veces en terapía uno se pone ansioso por encontrar la respuesta mágica, y pierde de vista el hecho de adentro se está dando un proceso de cambio.

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