martes, octubre 17, 2006

Reflexiones sobre los hechos de San Vicente

El talentoso analista político Sergio Berensztein me escribe por otra cosa y al pasar me dice que los hechos de hoy merecen un comentario mio sobre si es el fin del peronismo. Yo siento que el comentario debía ser el de él que entiende más de estas cosas y ya le mandé la pregunta a ver si me la responde para publicarla en el blog.

Me limito a anotar algunas asociaciones:

1. No podemos dejar de pensar en Ezeiza, pese a las distancias. Cuando Perón llega, muerto o un poco menos, a algún lado y tiene que ser recibido por los suyos se arma un quilombo tremendo entre los que reclaman su pertenencia: hermanos que se enfrentan por el amor de un papá que a todos les dijo que eran sus preferidos. Será también porque el peronismo siempre fue una tensión contenida, bandas amuchadas sin una ideología clara que se nuclean para disputar un poder común, unidas por una especie de espíritu, por un estilo y una estética, por una argamasa fascistoide y populachera, prepotente y pragmática. A veces tienen logros, pero la verdad es que sería bueno que pudiéramos dar origen a partidos o movimientos un poco más capaces de darle vuelo a la sociedad, de hecho el peronismo remueve la pobreza pero no nos permite salir de ella. Es lo que se puede llamar “pobrismo”: la pobreza hecha valor y destino nacional meritorio.

2. El otro día en los incidentes del Hospital Francés las cámaras tomaron a varios tipos agrediendo a otros. Uno tenía un arma en la cintura. Hoy otro dispara frente a las cámaras sin ningún problema. ¿Es que no se dan cuenta o que se saben a salvo? ¿O que no les importa nada? ¿Están cumpliendo una especie de “trabajo”, y así se lo comprende en las estructuras que después no van por lo tanto a castigar sino a proteger?

3. Iba a ir Kirchner y ya no va. En el caso del Hospital Francés se sabe que Alberto Fernández anduvo muy metido, complicado, en el tema. Parece que es cierto que se trata de un grupo que da lugar a violencias. No creo que sean hombres de armas tomar (el presidente se dijo mucho últimamente, es más bien de dineros tomar, como el mencionado Alberto, cosa que ya no puede ocultarse en la retórica anti corrupción de la que siempre han hecho gala, con un cinismo gigantesco), pero creo que el tono de exasperación del presidente al final está dando sus frutos. Me parece que estas violencias se lo van a llevar puesto: no porque alguien vaya a hacerle daño, sino porque le restan mucho apoyo.

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