domingo, octubre 01, 2006

Alusiones al cigarrillo en mi libro "Bienvenidos a mí"

Bienvenidos a mí es una especie de novela que publiqué en Sudamericana hace unos años. Es mi libro más querido, el más personal e íntimo (quedan algunos ejemplares en El ateneo Grand Splendid). En ese libro, que es como un diario personal, hay unas cuantas alusiones al cigarrillo y a las sensaciones que me producía verlo inundando todos los espacios públicos. Como celebración de la ley que hoy empieza a regir quiero poner aquí unos de esos fragmentos mínimos:

Las dos secretarias hablan entre sí y no me dejan escribir en paz, las perras. Y la mina de la oficina de al lado es una de esas gargantas horribles que suenan a tabaco. Podría cantar tango. Las mujeres no deberían fumar, los hombres problema de ellos.

Algún mierdoso está fumando y me llega su podrido humo de mierda. Los fumadores, ¿por qué no se matarán directamente en vez de dar tan largo rodeo por la vida?

Se empieza a fumar como una forma de parecer adulto. El fumador elige la impostura como su vía, como su estrategia. Esto es así y nadie me va a convencer de lo contrario. Y al elegir la impostura, es decir, la inautenticidad, elige la muerte. No es que todo fumador sea siempre inauténtico, pero hay una parte muy fuerte de él que sí lo es. Paga el precio de esa opción entregando pulmones y años de vida. ¿Por qué me dan bronca si son unas pobres personas víctimas de su imposibilidad? Porque me tiran el humo en la cara. Yo me como las uñas, pero no se las escupo sobre el filet de merluza.

Link: Fragmentos de mis libros

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